El Legado de la Escuela de Toledo

En el siglo XIII hubo un rey español, Alfonso X, llamado el "Rey Sabio", quien se propuso traducir el legado de los árabes.

En Toledo, Alfonso X formó una academia de hombres de letras, judíos, musulmanes, y "cristianos", escribieron y compilaron obras sobre leyes, ciencias, e historia. Tradujeron al Latín las versiones árabes de las obras más importantes griegas, indias y persas, incluyendo temas de matemáticas (Al-Khwarizmi), astronomía (Al-Zarqali, Tolomeo, Hiparco), medicina (Galeno), filosofía (Averroes, quien trajo y comentó los escritos de Aristóteles y de Platón a occidente), historia, y geografía.

Hay un libro muy interesante, "Historia del Reino de Fernando e Isabel la Católica", en 3 volúmenes, de William Prescott, sobre la historia de España por los años 1492. Vale la pena leerlo para ver como se inclinó la balanza de poder desde los árabes hacia los bárbaros "cristianos". Lo consiguen en Gutenberg; yo mantengo una copia de estos libros en mi PalmPilot, para leerlo cada que me quede tiempo cuando acompaño a mi esposa a los centros comerciales.

Copérnico (1473-1543) hace extensas referencias a Tolomeo, Hiparco, y Euclides. Pero sus tablas astronómicas solamente mencionan las constelaciones, sin usar los nombres árabes de las estrellas. Vi una de sus referencias a Al-Battani y Arzachel (Al-Zarqali).

Galileo (1564-1642) hace referencia a Apollonius, Euclides, Platón. Claro, debió conocer bien los escritos de Copérnico y de Aristóteles, pero para criticarlos. Simpatizó más con los escritos de Arquímedes.

Kepler (1571-1630) se inspiró en Copérnico, y entendía bien a Euclides.

Newton (1642-1727) reconoció el conocimiento y los avances de Kepler, Galileo, Copérnico y Descartes.

Unos de los traductores famosos de la edad media, de obras cientificas del Arabe al Latín fueron: Gerardo de Cremona, Plato de Tívoli, y, por supuesto, los investigadores de la escuela de Toledo.

Fue gracias al esfuerzo de toda esta gente que Europa pudo entrar en el Renacimiento, y desarrollarse como la conocemos ahora.