sábado, 22 de mayo de 2010

Osaka

Hoy les voy a hablar de Osaka (大阪). Hace 25 años pasé por allí para estudiar japonés. Mi primer encuentro con esta ciudad fue bastante placentero. Es una ciudad bastante moderna, con un buen sistema de trenes subterráneos que lo llevan a uno casi a cualquier parte. Además, cerca están las ciudades de Kobe, Himeji, Kyoto, y Nara, lugares míticos con mucho valor histórico. 

Osaka tiene una historia que se remonta a la prehistoria, y se han encontrado piezas de su cultura desde los períodos Yayoi (300 AC) y Kofun (300-500 DC), en adelante. Así que hay mucho por ver: sitios arqueológicos, museos, etc.

El mes pasado tuve la oportunidad de visitar a Osaka nuevamente, después de 25 años. Con frecuencia voy a Tokyo y a Yokohama, por razones de trabajo, pero esta vez fui como turista. Es muy diferente ir con cámara al hombro, para visitar museos, castillos y templos. Va uno con la mente tranquila y despejada, y con el espíritu de aventura.

 Osaka es la tercera ciudad más grande de Japón en número de habitantes, después de Tokyo y Yokohama, pero es la segunda ciudad en tamaño. Tiene 3.7 millones de personas, pero es espaciosa, y tiene muchos puentes, parques y ríos, así que no se siente tan asfixiante, ni el paso es tan apurado como en Tokyo o Yokohama.

El primer shock cultural fue la claustrofobia que sentí en los hoteles, y ascensores por el espacio tan reducido y asfixiante. Las habitaciones de los hoteles apenas tienen espacio para la cama y el baño. El problema se agrava si pensamos que durante el día, se la pasa uno bajo tierra, como un topo, porque hay que usar las estaciones subterráneas de trenes, que son ciudadelas enteras con restaurantes y almacenes, de manera que en invierno la gente no tenga necesidad de salir a chupar el frío de afuera; además está el tiempo que pasa uno dentro de esos tubos móbiles el "subway", para movilizarse de lugar a lugar. La única oportunidad que tiene uno de salir a la calle, es para mirar esa selva de concreto, fea y gris, llamada "ciudad moderna", pues los edificios están uno al lado del otro, y casi no es posible divisar el cielo.  

En las ciudades grandes de Japón, ni grillos tienen; de vez en cuando se escucha un cuervo, pero hacen falta las voces melodiosas de los pájaros de los bosques; así que se siente como si fuera un lugar muerto, con gente triste. En los hoteles una vez encontré un grillito electrónico cantar por la bocina de un parlante ... una forma de recordarnos que alguna vez pertenecimos a la naturaleza. [Un amigo australiano quería exportar grillos para Japón ... no sé si le hizo seguimiento a esa idea]

Les estaba contando sobre la claustrofobia ... La primera noche, me despierto desesperado a las 2am, y casi que me tiro por la ventana. Me tuvieron que recordar que estábamos en el quinto piso, y que era mejor no abrir la ventana, porque afuera la temperatura estaba a 3 grados centigrados. Así que me tocó sentarme por media hora a mirar por la ventana hacia el edificio de en frente ... hasta que logré calmarme y volverme a dormir. Me había despertado con un poco de asfixia, pues alguna vez fui asmático, y los hoteles japoneses huelen a humo de cigarrillo, hasta en las cortinas y en las paredes ... no hay forma de sacarse ese olor de encima ... causa asfixia y desesperación.

Bueno, los japoneses no dejan de fumar: mientras que los países anglosajones adoptan reglamentaciones saludables anti-tabaco, [en Australia, por ejemplo, los fumadores son minoría y no tienen derechos], en Japón, por el contrario, parece que el gobierno fomentara el fumar ... quizás se trate de un mecanismo de control de la población, y está dando buenos resultados, pues se están quedando sin gente en edad laboral y su economia lleva 20 años consecutivos desinflándose.

 Pero dejando esa única experiencia negativa a un lado, Osaka fue, en general, placentero. Tiene los mejores y más baratos restaurantes de todo el Japón. El sushi se consigue bien fresco, suavecito, una carne de pescado crudo que se derrite en la boca.

En Umeda (梅田), el centro de Osaka, todavía están los almacenes grandes que ocupan edificios de hasta 10 pisos: Hanshin (阪神) y Hankyu (阪急), con la mejor ropa de moda. Las telas japonesas y los cortes son de calidad exquisita. Los diseñadores japoneses como Michiko Koshino, Hanae Mori, Issey Miyake, se codean con sus contrapartes en las capitales de la moda, París, Milán y Nueva York. Así que en Osaka, tanto como en Kyoto y Tokyo, se encuentran muy buenos almacenes de modas ... visitas obligatorias para las esposas. Cada vitrina, es como un tema para una pintura de museo. 

 Umeda también tiene una maravilla de arquitectura moderna, el Sky Building, con un observatorio circular en la cima de los 40 pisos, desde donde se puede apreciar toda la ciudad.

De ahí pasamos a Namba (難波), un sitio popular, pero las muchedumbres de gente joven, no dejaban caminar. "Capitalistas desalmados sin ningún otro propósito en la vida que mirar vitrinas y consumir", es una de las ideas que le pasan a uno por la cabeza. Japón es la cumbre y el colmo del capitalismo ... a Marx y a Engels les hubiera gustado estar vivos para presenciar de primera vista esta crisis humana tan profunda ... esta gente no distingue bien de mal, ni izquierda de derecha, solo viven para consumir (igual que los gringos). 

Pero bueno, nosotros no estábamos ahí para criticar, sino como meros observadores, como turistas con suficiente curiosidad como para examinar a nuestros anfitriones bajo el microscopio.

 Otro día fuimos al Museo Etnológico de Minpaku (国立民族学博物館), localizado en Banpaku (万博記念公園), donde tuvo lugar Osaka Expo 70, hace ya 40 años. Si os gusta la fotografía, este es uno de los sitios ideales para tomar fotos (sin flash, que está prohibido en todos los museos). Reúne una colección exquisita de objetos de todas las culturas del mundo: máscaras, cometas, vestidos, títeres, muñecos, réplicas de casas, objetos religiosos, instrumentos musicales, etc

Otro lugar bastante atractivo para turistas es el Castillo de Osaka (大坂城), uno de los castillos famosos de Japón. Este castillo jugó un papel importante en la reunificación del país, en el período Azuchi-Momoyama, después de muchos años ensangrentados en guerras feudales. Como muchos castillos japoneses, lo han reconstruído por su valor histórico, y para los turistas.  

 Así que vale la pena visitar a Osaka, aunque os dé claustrofobia. En tal caso, mejor quedarse en un Ryokan (旅館), hotel tradicional estilo japonés, en las ciudades clásicas de Nara o Kyoto. Las habitaciones en los Ryokan son más espaciosas que las de los hoteles estilo occidental; el inconveniente es tener que compartir el baño y la ducha en las áreas públicas.

Nara y Kyoto son temas para otro día.

Referencias:
Osaka, en la wikipedia
Osaka, en la wikitravel
Osaka, en japan-guide.com
Osaka, en infomapjapan.com



 
 

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