martes, 19 de agosto de 2008

Lenguaje Corporal y Cultura

Hace 20 años, cuando llegué a estudiar a Japón por primera vez, uno de mis primeros encuentros inter-culturales fue con un muchacho estudiante de la India. Nos dimos la mano, en la manera occidental, e intercambiamos nuestros nombres y lugares de procedencia. Lo interesante fue que, a medida que la converzación avanzaba, no me soltaba la mano. Yo ya me estaba poniendo nervioso ... y empezaba a sudar frío. Después de ese incidente, fui a la biblioteca de la universidad a estudiar el caso, y me di cuenta que en aquella cultura, así como en Sri Lanka, a veces los varones amigos andan agarrados de la mano. O sea que su lenguaje corporal habría de ser interpretado como una señal de amistad, no como un avance inapropiado.

Las culturas latinas (italianos, franceses, brasileros, argentinos) son también bastante efusivas. Nos damos la mano, nos abrazamos y nos besamos, a diferencia de los anglosajones, que no pasan del estrechón de manos, y por eso nos parecen "fríos". Qué mejor ejemplo que el famoso encuentro entre el Pato Donald y Zé Carioca, una animación de Disney de 1942:




Una amiga japonesa me comentaba que al visitar a Italia todas las personas la abrazaban y besaban, y ella, no sabiendo cómo responder, había quedado congelada. O sea que ese lenguaje corporal se tiene que aprender, para no hacerlo insuficiente ni excesivo ... tiene que ser justo en la medida, teniendo en cuenta el contexto (con quién y bajo qué circunstancias).

Y lo más curioso es que no existe ningún libro que te lo explique ... aunque ahora los libros sobre turismo empiezan a incluir elementos de antropología para enseñar a los visitantes cómo respetar las culturas locales.

En la cultura japonesa, por ejemplo, el saludo no involucra contacto corporal. Se hace una venia cuya profundidad depende del rango social de las personas involucradas. Es una cultura bastante jerárquica y de costumbres rígidas; pasaron de los samurais medievales al capitalismo, por la fuerza. 


En el tren nadie te saluda, si no has sido presentado oficialmente ... porque el ritual de la presentación incluye una exposición del rango social de las personas, (el intercambio de tarjetas) de manera que éstas ya saben qué nivel de palabras y verbos deben usar (si hablar para arriba o para abajo, o de igual a igual). Vale la pena explicar que en el idioma japonés los verbos se conjugan por tiempo y por nivel de respeto. Claro, un turista occidental siempre está exento de todo ese protocolo, y lo tratan como si fuera un niño.

En occidente, el contacto visual es una señal de que la persona tiene una personalidad firme. Por ejemplo, si vas a una entrevista para un empleo, te estudian desde dónde pones los ojos, hasta cómo te sientas, el apretón de manos, y dónde pones tus manos cuando estás sentado. Todo eso da una idea de qué tipo de persona eres: asertivo, agresivo, sumiso, etc.

En Japón, sin embargo, esos valores occidentales no se consideran buenos. Cuando vas en el tren, es señal de respeto evitar el contacto visual prolongado con las otras personas (inclusive con las que uno conoce). Quizás debido a la densidad de población, se considera la mirada como una ventana hacia el alma de la otra persona, y en señal de respeto, se evita el contacto ojo-a-ojo.

La primera vez que pasamos por Buenos Aires, íbamos en un vuelo de Nueva Zelanda con destino a Colombia. Puesto que ese viaje es tan largo y pesado (más de 20 horas en total de vuelo), nos tocó quedarnos una noche en un hotel en Buenos Aires que nos había designado Aerolíneas Argentinas. La primera cosa que me llamó la atención fue que el primero en llegar por la mañana fue el administrador del hotel, y cada que iban llegando los empleados, le daban dos besos en la mejilla (uno a cada lado), al administrador ... incluyendo los varones. Deducí luego que esa costumbre quizás se deba a que Argentina es un país de immigrantes, no solamente españoles e italianos, sino también europeos del este (rusos, etc).

Una vez fui a recoger al aeropuerto de Sydney a un amigo iraní y al encontrarme, me dio un beso en la mejilla. Me dejó frío, porque no supe qué hacer en ese instante.

Tener cuidado también con los signos que hacemos con las manos, y las expresiones de la cara, o el movimiento de los hombros. No son universales. En algunas culturas pueden ser interpretados como ofensivos.

Para los que tengáis curiosidad por explorar más a fondo este tema, os recomiendo leer a Desmond Morris, a Margaret Mead, a Malinowski, entre otros autores, sobre antropología cultural.

Referencias:
Antropología Cultural
Desmond Morris
Margaret Mead
Bronislaw Malinowski

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