jueves, 3 de junio de 2010

Kyoto

Después de Osaka, Himeji, y Nara, pasamos por Kyoto. Kyoto (京都) fue la segunda capital de Japón, por un período de casi 1,000 años. Kyoto es destino obligatorio para turistas interesados en este milenario país. 

Hace 25 años íbamos con frecuencia a Kyoto, en los fines de semana, desde Osaka. En esa época nos tomaba una hora en tren. Ahora el viaje se puede hacer en 40 minutos, y es más barato. Para turistas que quieran ver la zona de Kansai (関西), que incluye Osaka, Nara, Kyoto, Himeji, Kobe, y otros sitios, quizás lo más conveniente sea el "Kansai Thru Pass", un tiquete que es válido por varios dias, y permite usar muchos trenes y autobuses en la zona. Pero la verdad es que si vais a Kyoto, mejor quedaros por varios días, pues hay mucho por ver en esa ciudad. Una semana, quizás sea lo mínimo, para visitar los sitios más populares.

Dentro de Kyoto hay un buen sistema de trenes subterráneos, pero es más conveniente el sistema de autobuses, que también cubre toda la ciudad, y sale barato, si se adquiere el "Day pass", un tiquete válido por todo el día, en cualquier línea de autobuses, a 500 yenes.

 Los hoteles en Kyoto son caros, y es difícil conseguir una habitación, especialmente en las temporadas de vacaciones y de eventos especiales (festivales, primavera, etc). Una opción es hospedarse en hoteles pequeños estilo japonés, llamados Ryokan (旅館), que usualmente son administrados por una familia, y tiene la ventaja de tener habitaciones más espaciosas que las de un hotel estilo occidental. La otra opción es quedarse en otra ciudad, no demasiado lejos, como Osaka, o Nara, y conmutar por tren.

En Kyoto, nuestra primera visita fue al templo budista, Kiyomizu-dera (清水寺), en lo alto de una montaña. Designado como patrimonio de la humanidad por UNESCO, se caracteriza por sus terrazas de madera mirando las pendientes de la montaña, con vistas espectaculares de la ciudad. Kiyomizu se remonta al período Heian (平安時代,), año 789, cuando la ciudad se llamaba Heian-kyo (平安京). 

 Caminando por Kiyomizu nos encontramos con dos jovencitas "Maiko" (舞子), aprendices de "Geisha" (芸者). Vestían unos kimonos de diseños espectaculares, preciosos, seguramente que cuestan miles de dólares cada uno. Atrajeron la atención de todos los turistas que pasaban por ahí, y tuvieron la bondad de posar para nuestra cámara.

 Visitamos a Kyoto en Abril, justo cuando la flor del cerezo, las sakuras (桜) estaban abriendo. Nos hizo bastante frío, entre 5-10C; esperábamos temperaturas en los 15-20C, pero nunca llegaron esos días tibios. La flor del sakura hace de Japón un espectáculo inolvidable; y Kyoto, es bastante especial, pues os podéis imaginar esos templos centenarios rodeados de árboles con flores blancas y rosadas ... sencillamente espectacular; sinceramente, una de las mejores primaveras sobre el paneta. 

 Al día siguiente, visitamos el Palacio Imperial de Kyoto (京都御所). Normalmente hay que pagar por entrar a ver este lugar, pero tuvimos la suerte de que en esa semana la entrada fue gratuita. Ahí residieron los emperadores hasta el año 1869, en que la residencia fue trasladada a Tokyo. Tiene también un jardín interior hermosísimo, donde se puede apreciar que cada planta y cada piedra han sido laboriosamente cuidados. 

 Esa misma tarde pasamos por Kinkaku-ji (金閣寺), el templo de oro. Un templo budista, también designado como herencia cultural del mundo, por UNESCO, como los otros sitios que hemos mencionado anteriormente.

De ahí caminamos a Ryoanji (龍安寺), un templo de Budismo Zen, con un jardín de piedras, famoso, y bien placentero para observar. Para entrar a todos estos sitios hay que pagar, pero la entrada no es tan costosa, el equivalente a unos 10 USD por persona.  

A lo que sí hay que estar dispuestos, al visitar cualquier lugar de Japón, es a caminar; y tremendas caminatas las que nos dimos !!! Llevábamos ya una semana caminando, visitando sitios en Osaka, Nara, Himeji, y Kyoto. Lo que pasa es que el tren os deja a unos 2-3 kms del sitio de interés, y entonces hay que caminar. Caminábamos hasta 12 horas diarias. Perdí dos kilos en los 3 primeros días. El cinturón tuve que apretarlo una posición más, para que no se me cayeran los pantalones. Después del segundo día, el dolor de piernas se nos iba tan pronto entrábamos en acción, después de caminar los primeros 100 metros; y al visitar estos sitios tan bonitos, pues olvidábamos todas nuestras penas y torturas. Ya temía que los amigos acompañantes estuviesen arrepentidos de haberse venido con nosotros. Si pensáis ir a Japón, hay que caminar mucho, o si no ... pues no vais a ver nada.

Quizás ese sea uno de los secretos de la longevidad, y por qué los japoneses, en general, se mantienen con buena salud: porque caminan mucho, además de una buena dieta basada en comida marina. Aunque esto no es absolutamente cierto para la gente del campo. En el campo, donde no hay tantos trenes como en las grandes ciudades, los japoneses del campo tienden a depender más de sus autos, y se les ve más gorditos ... parecen gringos, todos barrigones, pues casi no caminan. Y, como consecuencia, la mortalidad en el campo es más alta que en las ciudades.

 Al día siguiente, fuimos a ver un bosque de bambú, llamado Sagano (嵯峨), una buena caminada que desemboca en el parque de Arashiyama (嵐山). Allí descansamos y comimos un helado de té verde, con un dulce de arroz envuelto en una hoja del árbol de sakura (sakura mochi, 桜餅). ¡Ah, sabores sutiles y elegantes ! ... Vimos también muchas japonesas, jóvenes y adultas, vestidas en kimono, paseando por estos lugares; así que hubo muchas oportunidades para disparar la cámara fotográfica discretamente.

Comparado con mi experiencias de hace 25 años, Kyoto ha cambiado mucho. La ciudad ha crecido, hay más casas, y menos zonas verdes ... algo negativo, pues ahora el autobús os deja casi que en la puerta de los templos. Antes, paseaba uno todo el día por las zonas verdes; ahora, son calles estrechas con casas amontonadas, y calles y caminos de cemento.

Entrada la tarde, fuimos a darnos una caminada por el famoso "camino del filósofo" (哲学の道), un camino al lado de un río, cerca del templo de Ginkakuji (銀閣寺), con árboles de sakura a lado y lado, por donde un profesor de la universidad de Kyoto acostumbraba a caminar y conversar con sus estudiantes. 

 Finalmente, para aquellos interesados en arquitectura, la estación JR de Kyoto (京都駅), es una maravilla de arquitectura moderna. Tiene unos espacios amplios y unas escaleras automáticas que van desde el nivel del suelo hasta una altura de 8 pisos.

A Kyoto tendremos que volver (en un futuro próximo), pues, en esta oportunidad, no pude visitar dos de mis sitios favoritos: Heian Jingu (平安神宮), y Gion (祇園). Sobre estos sitios os hablaré en el futuro.

En Kyoto estuvimos tres días, apresurados. Cinco (o más) días hubiera sido mejor.

Referencias:
Kyoto, en la wikipedia
Kyoto, en wikiTravel
Kyoto, en Japan-travel.com
Kiyomizu-dera, en la wikipedia
Palacio Imperial de Kyoto, en la wikipedia
Kinkakuji, en la wikipedia
Sagano, en Japan-guide.com
Ryoanji, en la wikipedia

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